A fin de que el alumnado sordo que utiliza audífonos obtenga provecho de ellos en la escuela, no sólo han de estar bien ajustados sino que también el ambiente sonoro del aula debe ser adecuado. Los elementos que pueden aumentar la dificultad de entender aquello que dice el enseñante en clase son principalmente:
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El ruido de fondo: El oído humano es un sentido activo y selectivo: En un ambiente dónde haya varias fuentes sonoras simultáneas, una persona oyente puede “sintonizar” aquella que le interesa, por ejemplo una conversación determinada. El resto pasa a ser un telón de fondo. Pero el audífono no conoce la voluntad de selección de su portador. Los audífonos de última generación son capaces de privilegiar la voz humana y filtrar bastante el ruido de fondo, pero cuando son varias las personas que hablan a la vez aquello que amplifican puede ser una sopa de voces. Uno de los ambientes donde a menudo varias personas hablan a la vez es precisamente en el aula de una escuela, principalmente cuando más pequeños son los niños y las niñas. El audífono amplifica todo el ambiente sonoro de procedencia humana del aula, e incluso el de las aulas vecinas, el del patio, etc.
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La distancia:Cuanto más lejana se produce la voz del maestro/a en relación a la ubicación del alumno/a sordo/a, más débil la percibe. Por esto se recomienda que el educador/a esté siempre situado cerca de él/ella.
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La reverberación: El rebote de las olas sonoras contra las paredes del aula afecta la inteligibilidad cuanto más desnudas están éstas o mayores son las ventanas. El laboratorio, el lavabo o cualquier otra estancia alicatada con baldosas de cerámica, son salas con mucha reverberación.
El uso de los sistemas emisores de frecuencia modulada en el aula ayuda a rebajar estos inconvenientes. Los sistemas FM transmiten el sonido mediante ondas de radio. Están formados por un emisor y un receptor. La persona que habla (maestra/o) porta encima el emisor, formado por un pequeño micrófono y un transmisor, mientras que el alumno/a utiliza un pequeño receptor acoplado en la parte inferior de su audífono. (No todos los audífonos tienen la posibilidad de acoplarse a un receptor de FM). Debido a que la señal puede atravesar las paredes, si en el aula contigua existe otro sistema similar en funcionamiento, lógicamente uno y otro deberán de estar sintonizados en canales distintos para evitar que se interfieran.
Los sistemas FM mejoran la relación señal-ruido de fondo y “acerca» y singulariza la voz del maestro/a. También se pueden configurar de forma que no quede desconectado el micrófono del audífono para evitar que el alumno/a sordo/a quede incomunicado auditivamente del resto de compañeros en actividades en que estos intervienen oralmente.
No todos los alumnos sordos sacan beneficio de los sistemas FM. Existen protocolos previos para valorar si son candidatos, relacionados con el tanto por ciento de discriminación de la palabra. Por debajo de un porcentaje determinado se considera que no son de demasiada utilidad.
Existen también sistemas de FM para mayores superficies (tales como teatros, salas de conferencias,…) donde diferentes portadores de un receptor pueden sintonizar con un mismo emisor.
*De la página web: Ayudas auditiva, la tecnología al servicio de la audición: http://www.xtec.cat/~cllombar/espanol/ajudes/ajudes.htm
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